No es por nada pero hay una buena diferencia entre hacer tu propia pasta a comprarla ya hecha. Absorbe mucho más el sabor del resto de ingredientes, queda al dente, una textura suave, un sabor... después de esto no creo que tardemos mucho en tener algún utensilio de cocina más... un buen prensador, cortador... es lo más trabajoso. Amasar la pasta y tener que cortarla requiere su tiempo pero bien lo merece, de verdad.
Ingredientes (2 personas):
para la pasta fresca...
- 200 grs de harina tamizada
- 2 huevos medianos
- 2 c/s de aceite de oliva
- sal
para la crema de roquefort...
- 100 grs de queso roquefort
- sal
- 2 c/s de nata (15% mg)
- 4 lonchas de salami de calidad cortado en taquitos muy pequeños
Preparación:
para la pasta fresca...
En una fuente grande de cristal pongo la harina y la sal, hago un hueco en el centro, como un volcán, y pongo aquí los huevos y el aceite. Empiezo mezclando todo con ayuda de una cuchara o una espátula rompiendo los huevos. Cuando empieza a estar más o menos uniforme continúo amasando con las manos hasta que formo una bola con la masa. Cuando deja de pegarse en las manos divido la masa en dos (resultará más fácil a la hora de amasar más tarde) y la dejo reposar en un bol, tapada con un paño húmedo, unos 30 minutos.
Mientras preparo la salsa roquefort... pongo el roquefort troceado y la nata en un cazo y lo dejo que se derrita a fuego medio. Una pizca de sal y mezclo todo. El roquefort tiene un sabor intenso y si queremos rebajarlo simplemente añadimos un poco más de nata. Cuando está cremoso, paro el fuego y reservo.
Amaso cada una de las partes de masa en la encimera (previamente espolvoreada de harina) y con la ayuda de un rodillo estiro bien... que quede bien prensada y finita. Es lo más laborioso. Una vez fina corto la pasta con una puntilla y la ayuda de una regla, a lo largo, vamos a hacer tallarines. Hay que tener en cuenta que cuando después cocemos la pasta, crece un poco, así que es importante hacerlos finos.
Los voy colocando en una rejilla. Una vez los tengo todos los cuezo unos minutos en una cacerola que tengo con agua hirviendo, un chorrito de aceite y sal. Cuanto mayor sea la cacerola mejor pues evitamos que puedan pegarse entre sí. Los saco y los "asusto" con agua fría, los escurro todo el agua que sea posible y al plato (que previamente había metido en el horno a 100º para que la pasta no se enfríe tan rápidamente).
Vierto por encima de ellos la crema de roquefort y unos taquitos de salami. Deliciosos, un plato de pasta que hemos elaborado nosotros mismos, todo un reto que acaba de empezar!